Acurrucados en el desierto, el hambre de una pareja despertaba un deseo insaciable.Mientras la luz de la luna brillaba, se entregaban a las urgencias primarias, sus cuerpos se entrelazaban en el corazón del bosque, sus gemidos resonando en medio de las hojas rustantes, culminando en un clímax tan salvaje e indomable como la noche misma.